CURSO: SOCIEDAD
DOCENTE: Maestrista IRMA REYES RICRA
EDUCACION FAMILIAR
Es la primera etapa de la educación. Antes de ponerse en contacto
con los profesores, los niños ya han experimentado la influencia
educativa de la familia, tal vez en mayor medida que en la escuela
a lo largo de sus vidas. La familia debe encargarse de la enseñanza
de las aptitudes básicas como son hablar, asearse, vestirse,
convivir con otras personas, compartir, participar en la sociedad,
distinguir lo bueno de lo malo, etc.…; una socialización primaria
que si se ha realizado correctamente dará lugar a la socialización
secundaria después de la educación en la escuela. Si la socialización
primaria se realiza correctamente, dará lugar a una socialización secundaria satisfactoria; si no es así, pese al gran esfuerzo que deberán realizar los profesores en la escuela, la socialización secundaria será insuficiente y el “alumno” no estará preparado para la vida normal.
En la educación familiar las cosas se aprenden de un modo diferente al que se aprenderían en la educación escolar, no hay un contenido estructurado o fijo, sino que la educación se guía por la afectividad del entorno familiar y la imitación del niño a sus parientes, y se mantiene indeleble con el paso de los años.
Un fallo en la educación familiar se puede producir, bien por un exceso de cariño, o por todo lo contrario. En ocasiones puede surgir miedo de los niños al mundo exterior produciendo lo que se denomina eclipse familiar, el niño se refugia en la familia ya que tiene miedo a dejar de ser amado por los seres queridos (padres, compañeros, amigos, etc.). La educación familiar también falla cuando se produce una falta de cariño: chantajes emocionales, recompensas, caricias y castigos, en resumen, una socialización básica insuficiente.
Los encargados de la educación familiar deben concienciarse de que ellos son adultos y deben hacerse cargo de sus hijos siendo los únicos responsables. Si esto no es así y los padres flaquean a la hora de enseñar a sus hijos, se produce la llamada crisis de autoridad en la familia. Educar no consiste sólo en mandar sino en ayudar a crecer enseñar la realidad a los más jóvenes de la familia, demostrarles que lo que les mandan hacer sirve para algo y que ellos un día también serán adultos.
Dentro de la enseñanza un punto de apoyo muy fuerte dentro de enseñar la realidad es enseñar al niño a enfrentarse a los temores y lo desconocido sin que esto suponga un exceso de miedo; miedo a la muerte por ejemplo, a las enfermedades o al sexo. Y además y por último hay que tener en cuenta unos pocos aspectos muy importantes también en la educación de los hijos:La completa igualdad de autoridad tanto del hombre como de la mujer.
No esculpir al niño a la imagen que desean los padres inculcándole una falsa personalidad. Encargarse de los temas de competencia familiar antes de que sea demasiado tarde, tales como la ética, la religión, las drogas y la violencia.
No debemos permitir que la educación familiar desaparezca, así como que se produzca un eclipse o acoso familiar
“El que ha andado la vida sabe que no hay palacio mejor que la casa de familia.” José Martí. La familia es una de las bases fundamentales para la educación y socialización del ser humano. Constituye un espacio de comunicación interpersonal donde cada una de las personas que la integran dispondrá de su propio lugar como protagonista frente a los otros. Es en este entorno donde el niño comienza a formar su personalidad. Por ello es tan importante crearle desde pequeño un clima comunicativo favorable que le permita expresar lo que piensa y siente de manera natural y espontánea. No siempre esto se logra y surgen conflictos o enfrentamientos con los padres, abuelos, hermanos u otros familiares. En muchos casos estos problemas se dan por falta de comunicación, agresividad, actitud defensiva, predisposición para escuchar o ausencia de diálogo, lo que generará, sin lugar a dudas, una convivencia muy tensa. Para lograr la armonía en el hogar es necesario el respeto mutuo, la equidad y sobre todo la expresión de opiniones mediante el diálogo como acto de confianza, valentía y amor. Los padres, que antes hacían callar a los hijos, y a no mezclarse en sus problemas, ahora han de enseñarles a hablar ante ellos, a compartir sus inquietudes, en definitiva, a resolver los problemas de la vida familiar donde cada uno debe saber en qué puede contribuir y cuál es su responsabilidad u obligación en aras de que todos participen y aporten a la estabilidad emocional de ese sagrado lugar que es el hogar. Adecuar los horarios en el uso de las instalaciones, respetar los momentos y la privacidad, crear un ambiente agradable, buscar los puentes que unen, cumplir responsablemente con las obligaciones y participar en las tareas cotidianas constituyen premisas básicas para lograr la convivencia más plena posible donde cada cual potencie lo mejor de sí.
¿Cuál es el objeto de Educación familiar en la infancia? No es otro que la educación que se realiza en el ámbito de la familia: la "educación familiar". Esta modalidad de educación es muy diferente de otras (difiere claramente, por ejemplo, de la educación que se realiza en el ámbito de la escuela).
¿Quiénes son los destinatarios de la Educación familiar en la Infancia? Fundamentalmente quienes son los primeros y principales educadores de los hijos: sus padres. Ellos tienen la responsabilidad educativa principal, aun cuando puedan delegar algunas funciones en la escuela (sin desentenderse de ellas). Los padres son protagonistas de la educación familiar, pero son protagonistas precarios, necesitados de la ayuda de los profesionales de la educación (profesores, tutores, orientadores familiares, etc.). Estos últimos ayudan (orientan) a los padres a ser buenos padres, sin sustituirles en sus funciones propias. Por este motivo son los segundos destinatarios de la Educación familiar en la infancia.
Un profesor-tutor -por ejemplo- que no sea competente en cuestiones de educación familiar no puede ser un buen tutor, ya que está incapacitado para orientar a los padres y a los hijos en todo lo relacionado con sus responsabilidades familiares.
A los padres no les basta el sentido común y la experiencia de ser padres; necesitan prepararse seriamente, científicamente, para educar bien a sus hijos. Existen escuelas de padres como existen escuelas de profesores o escuelas de médicos.
¿La Educación familiar en la infancia se ocupa de problemas educativos característicos de las "familias normales" o de problemas especiales propios de las familias atípicas? Se ocupa de lo primero. No le interesa lo patológico y no recurre a la terapia. Todas las familias tienen problemas (también las consideradas "normales"); todas pueden y deben mejorar de forma permanente.
¿Qué importancia tiene la Educación familiar en la infancia? La respuesta se deduce del hecho comprobado de que la vida en familia es la influencia más profunda y duradera en la vida de cualquier persona. Influencia para bien o para mal: esto depende mucho de la calidad de la educación que proporcionan los padres a sus hijos. Y esa mayor o menor calidad está muy relacionada con el nivel y tipo de preparación de los padres para sus funciones educativas.
DOCENTE: Maestrista IRMA REYES RICRA
EDUCACION FAMILIAR
Es la primera etapa de la educación. Antes de ponerse en contacto
con los profesores, los niños ya han experimentado la influencia
educativa de la familia, tal vez en mayor medida que en la escuela
a lo largo de sus vidas. La familia debe encargarse de la enseñanza
de las aptitudes básicas como son hablar, asearse, vestirse,
convivir con otras personas, compartir, participar en la sociedad,
distinguir lo bueno de lo malo, etc.…; una socialización primaria
que si se ha realizado correctamente dará lugar a la socialización
secundaria después de la educación en la escuela. Si la socialización
primaria se realiza correctamente, dará lugar a una socialización secundaria satisfactoria; si no es así, pese al gran esfuerzo que deberán realizar los profesores en la escuela, la socialización secundaria será insuficiente y el “alumno” no estará preparado para la vida normal.
En la educación familiar las cosas se aprenden de un modo diferente al que se aprenderían en la educación escolar, no hay un contenido estructurado o fijo, sino que la educación se guía por la afectividad del entorno familiar y la imitación del niño a sus parientes, y se mantiene indeleble con el paso de los años.
Un fallo en la educación familiar se puede producir, bien por un exceso de cariño, o por todo lo contrario. En ocasiones puede surgir miedo de los niños al mundo exterior produciendo lo que se denomina eclipse familiar, el niño se refugia en la familia ya que tiene miedo a dejar de ser amado por los seres queridos (padres, compañeros, amigos, etc.). La educación familiar también falla cuando se produce una falta de cariño: chantajes emocionales, recompensas, caricias y castigos, en resumen, una socialización básica insuficiente.
Los encargados de la educación familiar deben concienciarse de que ellos son adultos y deben hacerse cargo de sus hijos siendo los únicos responsables. Si esto no es así y los padres flaquean a la hora de enseñar a sus hijos, se produce la llamada crisis de autoridad en la familia. Educar no consiste sólo en mandar sino en ayudar a crecer enseñar la realidad a los más jóvenes de la familia, demostrarles que lo que les mandan hacer sirve para algo y que ellos un día también serán adultos.
Dentro de la enseñanza un punto de apoyo muy fuerte dentro de enseñar la realidad es enseñar al niño a enfrentarse a los temores y lo desconocido sin que esto suponga un exceso de miedo; miedo a la muerte por ejemplo, a las enfermedades o al sexo. Y además y por último hay que tener en cuenta unos pocos aspectos muy importantes también en la educación de los hijos:La completa igualdad de autoridad tanto del hombre como de la mujer.
No esculpir al niño a la imagen que desean los padres inculcándole una falsa personalidad. Encargarse de los temas de competencia familiar antes de que sea demasiado tarde, tales como la ética, la religión, las drogas y la violencia.
No debemos permitir que la educación familiar desaparezca, así como que se produzca un eclipse o acoso familiar
“El que ha andado la vida sabe que no hay palacio mejor que la casa de familia.” José Martí. La familia es una de las bases fundamentales para la educación y socialización del ser humano. Constituye un espacio de comunicación interpersonal donde cada una de las personas que la integran dispondrá de su propio lugar como protagonista frente a los otros. Es en este entorno donde el niño comienza a formar su personalidad. Por ello es tan importante crearle desde pequeño un clima comunicativo favorable que le permita expresar lo que piensa y siente de manera natural y espontánea. No siempre esto se logra y surgen conflictos o enfrentamientos con los padres, abuelos, hermanos u otros familiares. En muchos casos estos problemas se dan por falta de comunicación, agresividad, actitud defensiva, predisposición para escuchar o ausencia de diálogo, lo que generará, sin lugar a dudas, una convivencia muy tensa. Para lograr la armonía en el hogar es necesario el respeto mutuo, la equidad y sobre todo la expresión de opiniones mediante el diálogo como acto de confianza, valentía y amor. Los padres, que antes hacían callar a los hijos, y a no mezclarse en sus problemas, ahora han de enseñarles a hablar ante ellos, a compartir sus inquietudes, en definitiva, a resolver los problemas de la vida familiar donde cada uno debe saber en qué puede contribuir y cuál es su responsabilidad u obligación en aras de que todos participen y aporten a la estabilidad emocional de ese sagrado lugar que es el hogar. Adecuar los horarios en el uso de las instalaciones, respetar los momentos y la privacidad, crear un ambiente agradable, buscar los puentes que unen, cumplir responsablemente con las obligaciones y participar en las tareas cotidianas constituyen premisas básicas para lograr la convivencia más plena posible donde cada cual potencie lo mejor de sí.
¿Cuál es el objeto de Educación familiar en la infancia? No es otro que la educación que se realiza en el ámbito de la familia: la "educación familiar". Esta modalidad de educación es muy diferente de otras (difiere claramente, por ejemplo, de la educación que se realiza en el ámbito de la escuela).
¿Quiénes son los destinatarios de la Educación familiar en la Infancia? Fundamentalmente quienes son los primeros y principales educadores de los hijos: sus padres. Ellos tienen la responsabilidad educativa principal, aun cuando puedan delegar algunas funciones en la escuela (sin desentenderse de ellas). Los padres son protagonistas de la educación familiar, pero son protagonistas precarios, necesitados de la ayuda de los profesionales de la educación (profesores, tutores, orientadores familiares, etc.). Estos últimos ayudan (orientan) a los padres a ser buenos padres, sin sustituirles en sus funciones propias. Por este motivo son los segundos destinatarios de la Educación familiar en la infancia.
Un profesor-tutor -por ejemplo- que no sea competente en cuestiones de educación familiar no puede ser un buen tutor, ya que está incapacitado para orientar a los padres y a los hijos en todo lo relacionado con sus responsabilidades familiares.
A los padres no les basta el sentido común y la experiencia de ser padres; necesitan prepararse seriamente, científicamente, para educar bien a sus hijos. Existen escuelas de padres como existen escuelas de profesores o escuelas de médicos.
¿La Educación familiar en la infancia se ocupa de problemas educativos característicos de las "familias normales" o de problemas especiales propios de las familias atípicas? Se ocupa de lo primero. No le interesa lo patológico y no recurre a la terapia. Todas las familias tienen problemas (también las consideradas "normales"); todas pueden y deben mejorar de forma permanente.
¿Qué importancia tiene la Educación familiar en la infancia? La respuesta se deduce del hecho comprobado de que la vida en familia es la influencia más profunda y duradera en la vida de cualquier persona. Influencia para bien o para mal: esto depende mucho de la calidad de la educación que proporcionan los padres a sus hijos. Y esa mayor o menor calidad está muy relacionada con el nivel y tipo de preparación de los padres para sus funciones educativas.
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